Y ahora un texto de Michel de Montaigne:
“Como reza una sentencia de los antiguos griegos (1), los hombres se atormentan por las opiniones que tienen sobre las cosas, y no por las cosas mismas. Sería un punto ganado para el alivio de nuestra infeliz condición humana si se pudiera definir esta proposición como una verdad absoluta: puesto que si los males sólo hacen mella en nosotros por medio de nuestro juicio, parece que está en nuestro poder el despreciarlos o evitarlos. Si las cosas se rinden ante nosotros, ¿por qué dejamos que ellas dispongan de nosotros, en ves de acomodarlas a nuestro antojo? Si lo que llamamos mal o sufrimiento no es ningún mal o sufrimiento en sí, sino que nuestra imaginación es la que le da esta cualidad, en nosotros está el cambiarla”
“(1) La sentencia es de Epicteto (Manual, 45). Es una de las cincuenta y siete sentencias que Montaigne mandó grabar en las vigas de su biblioteca”.
Texto y Nota pertenecen a su libro Essais, según traducción de Maria-José Lemarchand (Ensayos I, Gredos, Madrid, 2005, capítulo XIV “De cómo el sabor de los bienes y de los males depende en gran parte de la opinión que de ellos tenemos”, Pág. 107).
16/02/06
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