28 mayo 2017

¿A quién sirve el referéndum?




El convocante puede aprovechar ventajas momentáneas para obtener ventajas permanentes


(EL País, Alberto Penadés de la Cruz, 26/05/2017) Los referéndums no son siempre democráticos y, cuando son democráticos, no son siempre una expresión del poder de los ciudadanos para conseguir lo mejor para sí mismos. Traen cosas buenas, como el debate y el sentido de pertenencia; y, a veces, buenos resultados. Pero otras veces se merecen las palabras de Vincent Auriol, antiguo presidente socialista de Francia: “el referéndum es un acto de poder absoluto… que ostensiblemente hace una reverencia a la soberanía popular para después arrebatar la soberanía al pueblo, en beneficio de uno solo”.

¿Una RBU de derechas?

RBU: Renta Básica Universal. El peligro pasa por vaciar la RBU de contenido social y disruptivo y evitar el desarrollo de unas potencialidades a todas luces enojosas para la derecha.

Cada vez que una persona, sin importar procedencia u ocupación, afirma que lo que va a decir o a hacer o lo que sea -o incluso ella misma- no es de derechas ni de izquierdas, un prejuicio me pone en alerta ante lo que se me viene encima, ya sea un discurso, un análisis o una solución. Y digo que es un prejuicio, o sea: un juicio previamente formulado, pero por ello no sin fundamento: ahí están a libre disposición qué, y en qué, queda lo dicho, lo hecho e incluso la persona misma que se afana y ufana de que eso de derechas e izquierdas ya está periclitado. Y queda en que es de derechas.