19 febrero 2008

El precio

(Las guerras balcánicas de Milosevic)

Más de un cuarto de millón de muertos (250.000 personas muertas: millones de familias hundidas de por vida en la tragedia). Más de un millón de refugiados, expulsados y deportados (1.000.000 de bosnios, croatas, kosovares, macedonios, montenegrinos y serbios: otros varios millones de familias hundidas de por vida en el horror). Más de quince años de guerras (15 años: 5 veces la duración de nuestra Guerra in-Civil).

Éste es –ha sido– el precio.

Ningún nacionalista puede obviar estos datos (para disponer de ellos se precisa menos de quince minutos en la red), así que aquellos de nuestros políticos nacionalistas que se lanzan a equívocas comparaciones –y que, bajo mi particular criterio, rozan más lo criminal que cualquier negacionismo del holocausto judio– o arteros aprovechamientos solo pueden pertenecer a dos categorías: o son ineptos, y por ello deberían dimitir de sus cargos, o son idioti –en su etimología griega: los que miran por sus propios intereses, en contraposición a los politei: los que miran por el interés de la sociedad– y por ello los deberíamos dimitir.

Bueno, también hay una tercera categoría, la de los nacionalistas españoles: los que medio callan a la espera de que su calculada –y vergonzante– ambigüedad les sirva para erosionar al PSOE.

(19/02/08)