Fuente: artículo propio en Nueva Tribuna, 18 de diciembre de 2021
Antes que nada, y para evitar cualquier malentendido, sostengo que, hoy, en Catalunya la presencia del castellano es apabullante en la inmensa mayoría de todos los ámbitos privados y públicos no oficiales. Por ello la inmersión lingüística no es negativa de entrada.