13 junio 2006

Virginia Woolf y el nacionalismo

Debo decir que estoy indignado: aunque ello no sea ni un atenuante, y menos un eximente, si que permitirá al lector de la presente nota ser consciente de mi estado de ánimo. Estoy releyendo el magnífico Orlando de Virginia Woolf, y estando en ello, y en estado de casi éxtasis intelectual, otra escritora, Irene Boada, me hace aterrizar de morros contra la irredenta realidad nacionalista. Vayamos por partes. Poco antes de que explotara la Segunda Guerra Mundial, Virginia Woolf publicó un ensayo, Tres guineas, donde argumenta su rechazo a los motivos que llevan a los conflictos bélicos. En dicha obra Woolf escribe: ‘como mujer no tengo país. Como mujer, no quiero país. Como mujer, mi país es el mundo entero’. Remarco: ‘Como mujer, no quiero país’.

Deducir de este aserto antipatriotero y antinacionalista un argumento para una ideología nacionalista, como la que hizo Irene Boada en su artículo de El País 07/03/2006, sólo puede hacerse desde la ineptitud del que recita, pues no sabe lo que dice; o desde el desprecio al recitado, pues no le importa lo que dijo; o desde la manipulación del texto, pues elimina lo que no le interesa; o desde la demagogia, pues busca utilizar derechos conculcados, los de la mujer en este caso, para arrimar el ascua a su sardina. ¡Ah! Y si bien no soy militante ni adherente ni simpatizante de Ciutadans de Catalunya, si que leo con tanto ánimo crítico como con humildad lo que escriben: sin importarme si su autor es mujer u hombre. No entiendo a qué viene su específica pulla, si no es porque el discurso de Ciutadans de Catalunya le toca donde le duele: la crítica severa, argumentada y trabajada, a veces ácida y sarcástica, del nacionalismo identitario.

No coja, amable lector de la presenta nota, el rábano por las hojas: soy ciudadano de Catalunya, aunque no soy, como ya dije, de Ciutadans de Catalunya...

Marzo/2006

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