Hola, Lluvia, aunque seguro que lo sabes, quiero mostrar mi público agradecimiento por tus palabras.
Escribir es –o sólo se logra cuando alcanza a ser– escribirse a sí mismo como otro, y a veces, cuando uno consigue leerse a sí mismo, le es dado verse a sí mismo como otro (1). Como otro cualquiera.
Pero siempre ha de ser otro –otro cualquiera: tú, por ejemplo– quien te acabe mostrando cómo uno es como otro. Como otro cualquiera.
Y así casi se cierra un círculo, siempre en la permanente búsqueda de un punto más, aquél que marca la mitad de lo que queda hasta el final, y que como siendo Aquiles, cada paso, cada párrafo siempre marca la mitad de lo que queda: siendo espectador de mí mismo soy a la vez actor (pues es una acción escribir algo), lo soy a la vez, sí, pero no en el mismo sentido, y nunca sé si lo logré –ser actor– hasta que vuelvo a ser espectador –lector– y me reconozco a mí mismo como otro en el actor que representa –escribe– para mí, que ahora sí es como otro.
Gracias.
(1) Este magnífico concepto "sí mismo como otro", que nos propone el extrañamiento de uno mismo como único camino para acceder a algún conocimiento sobre sí mismo y sobre cualquier otro, es de Aristóteles.
14/02/07
gracias a tí también por leer las respuestas, repasar, valorar y concluir abriendo nuevos caminos a la comprensión...
ResponderEliminar