Para los que estamos gordos, sólo hay una forma de adelgazar: ingerir menos calorías. No se adelgaza cambiando la fuente de la caloría, aunque está claro que con ello bajaremos el riesgo de colesterol, úrico, triglicéridos y otros indicadores. Se adelgaza consumiendo sólo las necesarias calorías. No, no crean que estoy hablando de sobrepeso individual; estoy hablando de sobrepeso social, del cambio climático.
Como metáfora, sin embargo, sirve: nuestras gordas sociedades se plantean cambiar la fuente de las calorías, no su nivel de ingesta, y con ello tal vez evitaremos unos riesgos ciertos; pero aún son demasiado débiles las voces que se plantean la imposibilidad de mantener el actual patrón de sobrepeso. ¿Se imaginan qué consumo final significaría que el 80% menos pudiente, que en total absoluto consume la mitad que el 20% más opulento -lo que significa que cada uno de nosotros consumimos ocho veces más que cada uno de ellos-, elevara su nivel de vida hasta la mitad del nuestro? Doblaríamos el consumo a escala mundial.
Señores, Kioto es poco.
13/02/07
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