04 junio 2022

En respuesta a Alfredo Apilánez

 











(Alfredo Apilánez, sus textos aquí)

(Respuesta a su respuesta a mi comentario en su entrada del 15 de mayo de 2022 "Inflación: la coartada perfecta")

Sin ambages asumo que, aunque me gusta mucho escribir, de ahí no se puede ni se debe deducir que sepa escribir, es decir, comunicar por medio de la escritura. También me gusta la música y mucho, y de infante estudié solfeo de mano de un tío mío carnal, maestro de oboe del Liceo de Barcelona, quien me dijo: “siempre disfrutarás de la música, no lo dudo, pero tu oído es una alpargata”. Pues eso.

 

Así que debo aclarar que la intención del texto “La deuda y sus culpables” era incidir en qué se fundamenta la eclosión de la deuda (sin centrarme en qué herramientas utiliza el Capital), mostrar la importancia de diferenciar la deuda legítima de la ilegítima, y, tras leer tu post, conseguir escribir un texto sraffiano sin mentar a Sraffa, tal y como intuí -y por suerte acerté- pasaba con tu entrada.

Si la entrada que te adjunté da la impresión de que considero a la deuda de alguna manera causa de la inflación, ya te avanzo que es fruto y falta de mi poca experiencia como comunicador. Igualmente por lo que hace al consumismo, que tampoco es la razón de la inflación. Y a lo empírico me remito: en los últimos años ni la deuda ni el consumismo han bajado de la palestra y no había inflación (como bien dices, debemos hablar “del «misterio» de la ausencia absoluta de inflación tras la debacle financiera de 2008”)... Otra cosa es que se de una correlación entre inflación, deuda y consumismo, es decir, que siendo independientes, haya algo que está detrás de todos ellos.

 

¿Qué es la inflación? “Como resumen de todo lo anterior ya podemos responder sin ambages que la inflación, es decir la fijación de precios al alza, es la herramienta que tiene el Capital para, a través de la pérdida del poder adquisitivo de los haberes salariales, extraer rentas de la sociedad en su propio beneficio.

(https://filosofiacriticaposmoderna.blogspot.com/2022/04/mistificacion-mito-y-realidad-de-la.html)

 

¿Qué es la deuda -ilegítima-? El resultado de “una situación inédita en la historia de la economía: el Capital se apropia del valor, pero no de la materialidad, del excedente, y para no entrar en crisis, ese valor extra apropiado y no consumido lo devuelve en forma de crédito a la sociedad para que compre el exceso de producto que el salario no puede consumir, y con ello infla -necesita inflar para sobrevivir- la deuda (ver nota 4: no debemos tachar de coincidencia que, si entre 1980 y 2020 el PIB se multiplicó por 7,5, entre 2000 y 2020 la deuda se multiplicara por 6,4).

(https://filosofiacriticaposmoderna.blogspot.com/2022/05/la-deuda-y-sus-culpables-crime-she-wrote.html)

 

¿Qué es el consumismo? “Podemos fijar la fecha de emersión del consumismo como sistema para ampliar los beneficios en la famosa y rompedora idea de Ford de duplicar los salarios, para así, al margen de solucionar problemas organizativos de rotación y formación del personal, ampliar el mercado de venta de sus Ford T. Ford tuvo una de las ideas más felices -o infelices, aún esta por ver- para la economía doméstica y la empresarial: si te doy más salario, tu me compras más -sois más felices-, y yo, por mera aritmética, gano más -somos más felices-. Decir de esta ecuación donde todos ganan que es genial, es quedarse corto. Ford creó el consumismo, lo supiera o no, y lo fundó dando lugar a uno de los cambios sociológicos más brutales vividos en toda la historia, y nadie ha dado con el secreto para desactivarlo. ).

(https://filosofiacriticaposmoderna.blogspot.com/2022/05/la-deuda-y-sus-culpables-crime-she-wrote.html)

 

¿Puede haber inflación sin deuda? Sí.

¿Puede haber deuda sin inflación? Sí, y también responderemos “sí” a cualquier pregunta resultante de combinar inflación o deuda con consumismo: son hechos independientes, aunque relacionados.

Lo que hay es una evidente correlación entre las tres, y la correlación no es otra sino que todas ellas son armas para magnificar el beneficio del Capital. Lo que subyace, y es esta vez sí es razón y causa, es los beneficios del Capital.

El objeto último del texto “La deuda y sus culpables” es mostrar que se está dando -desde hace veinte o treinta años- una nueva realidad en la explotación capitalista, es decir, un incremento de dicha explotación: la apropiación del valor, pero no de la materia, del excedente. Si ya la mera apropiación material de parte del excedente implica la existencia de la explotación de la fuerza del trabajo, cuando esta apropiación muta a apropiarse sólo del valor, la deuda (¿cómo conseguir que haya capacidad de compra -que no adquisitiva- para el resto de excedente apropiado en forma de beneficio? con deuda) es una vuelta de tuerca en la explotación del Trabajo por parte del Capital. Una doble vuelta de tuerca, porque además del principal, tenemos que pagar los intereses.

Un aparte. En consonancia con la crítica al marginalismo como eje central del mainstream de la teoría económica, me atrevo a sugerirte el libro del profesor Joaquim Vergès, Economía del mundo real, Pirámide, 2019, por su demoledor ataque teórico y empírico al Modelo de Economía estándar o dominante: “[…] el MEe no explica la realidad de cómo funciona un sistema económico de mercado capitalista -la dinámica y pautas de comportamiento de las empresas, la producción, los precios, los mercados…- sino que habla de una economía irreal, supuesta. Y esto tiene una consecuencia decisiva en el ámbito académico-profesional. Afecta a cómo se viene explicado la economía, el funcionamiento de las economías de mercado, en los libros y manuales y en las aulas. Transmite a lectores y estudiantes una descripción teórica -que pivota alrededor del «constructo» competencia perfecta- caracterizada por sobresimplificaciones y por supuestos deductivos que no se corresponden con la realidad económica de nuestras sociedades, y en aspectos clave. Y si la economía que se enseña y lee no es realista, las conclusiones que se saquen para situaciones concretas y los diagnósticos de tal o cual situación económica que desde gobiernos o instituciones económicas elaboren los profesionales de la economía con esos esquemas conceptuales corren el riego de ser diagnósticos equivocados o desenfocados. Y como consecuencia las medidas de política económica que se basen en ellos pueden ser poco útiles, si no contraproducentes. Lamentablemente la crisis económica global que explosiona en 2008 nos ha mostrado ejemplos al respecto. Pero es que además el problema señalado tiene trascendencia fuera de la disciplina económica. En la arena política el neoliberalismo se apoya en ese postulado básico de los manuales de economía para defender sus principios de no -o mínima- intervención de los gobiernos en la economía, de no -o mínima- regulación de los mercados («los mercados, "libres", se autorregulan automáticamente»). Y, en definitiva, para defender lo que está detrás de la conocida expresión de cuanto menos Estado, mejor»: mínimo gasto público, mínimos impuestos, «porque distorsionan el equilibrio general, que es lo que garantiza un óptimo social». Unas tesis que apuntan a una determinada organización política-económica de la sociedad (libre mercado, nula o mínima regulación, etc.), pero una tesis que no puede realmente sostenerse como conclusión científica de la disciplina «economía»” (Vergès, ob cit, páginas 128 y 129).

Igualmente, aunque presumo que lo conocerás, si es que no lo has leído, Econofakes (Deusto, 2021) del Profesor Juan Torres.

Antes de despedirme, una curiosidad: al empezar a leer tu artículo en Rebelión me dije “¡Esto ya lo he leído!”. Y así era. Para un ensayo, que me publicó Nueva Tribuna, sobre la necesidad de tener en cuenta a Sraffa para poder hacer frente a los “geocentristas” de la economía (https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/centralidad-salario-excedente-ex-post-sraffa/20220408134812197188.html), utilicé -en especial para el punto 12 (Sindicatos), pero también como apoyo en otros puntos- precisamente ese mismo artículo, tal y como explicito en la Webgrafía allí indicada: “Apilánez, Alfredo, “La «ciencia» aberrante”, 09/08/2017 | Economía, https://rebelion.org/la-ciencia-aberrante/, 2017”

Y ya para despedirme, te felicito por tu libro, del que ya llevo algo más de un tercio leído, y en el que dada su sustancia, lo estoy dejando hecho ciscos con notas, preguntas y advertencias… que me servirán para otros posteriores textos ¡no lo dudes!

Mi correo es rgranero@gmail.com

Recibe un muy cordial saludo

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