
El convocante puede aprovechar ventajas momentáneas para obtener ventajas permanentes
(EL País, Alberto Penadés de la Cruz, 26/05/2017) Los referéndums no son siempre democráticos y, cuando son democráticos, no son siempre una expresión del poder de los ciudadanos para conseguir lo mejor para sí mismos. Traen cosas buenas, como el debate y el sentido de pertenencia; y, a veces, buenos resultados. Pero otras veces se merecen las palabras de Vincent Auriol, antiguo presidente socialista de Francia: “el referéndum es un acto de poder absoluto… que ostensiblemente hace una reverencia a la soberanía popular para después arrebatar la soberanía al pueblo, en beneficio de uno solo”.