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09 febrero 2019

Venezuela y la izquierda

El autor usa la palabra "militar" seis veces, y en todas ellas las carga con un lógico sentido negativo: intervención externa o interna, cambio de gobierno, rebelión. Dice verdad, pero no dice toda la verdad. Ni de lejos dice toda la necesaria verdad, y es una pena.


Y es una pena porque es una ausencia que reiteradamente observo en los artículos de los que quiero entender como mi izquierda (no situados a mi izquierda, sino de la izquierda a la que me gustaría pertenecer): crítica a la colusión del poder bolivariano con los militares, pero no ahora, sino, y en referencia a la revolución bolivariana, desde tiempos de Chavez. Y el alineamiento con Rusia, pero no con la comunista (si es que eso, ser comunista, pudiera ser un eximente), con la de Putin, y ahí sí que no cabe ni eximente ni tan siquiera atenuante.

La colusión del poder militar y el poder bolivariano alcanza niveles estratosféricos en el ámbito de la economía, y se vuelve sideral en el mercado del petróleo:
"[en noviembre de 2017, Maduro designó]  al militar Manuel Quevedo como nuevo presidente de la empresa estatal PDVSA y ministro de Petróleo. [.../... Maduro también]  ha designado a otros militares en su gabinete. Se trata de José Vielma Mora, en el Ministerio de Comercio Exterior e Inversiones Internacionales, Ildemaro Villarroel, en la cartera de Vivienda y Hábitat, y Carlos Osorio como titular de Transporte."

El alineamiento de Maduro con Putin no es ni de lejos inocuo. Es, por lo menos, tan peligroso- y tan necesario es señalarlo y denunciarlo- como el de Guaidó con Trump.

Sobre Maduro y Putin:

No incluir en el análisis tanto la colusión de la cúpula del mundo militar venezolano con el poder político bolivariano como la locura de buscar apoyo en la Rusia putiniana es algo más que un error inocente: es cuanto menos mala praxis improcedente en un analista de izquierdas. Eso por decirlo con palabras suaves.

La falta, como digo, está extrañamente extendida en los análisis de izquierdas. 
Parece como si criticar a Chavez/Maduro significara confraternizar con la derecha.

Me permito recomendar el siguiente análisis:

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