15 julio 2016

A propósito de Niza y el terrorismo islamista: no nos vencerán, de acuerdo.


De acuerdo: tal y como dicen analistas y políticos, los terroristas, y en concreto los islamistas, no vencerán a las sociedades occidentales, abiertas, democráticas y maduras en sus valores sociales. Pero tampoco los venceremos. Precisamente por lo mismo que no nos vencerán no los venceremos, porque somos abiertos, democráticos y socialmente maduros. Y no queremos dejar de serlo.


Así pues, tenemos para rato, un rato largo que puede ser de varias generaciones, sino de varios siglos. En Europa la transición de ser una sociedad regida por las religiones, y por sus luchas de poder, a ser una sociedad regida por valores laicos duró unos 300 años, siendo especialmente cruento el enfrentamiento entre príncipes católicos y protestantes en el periodo comprendido entre principios del s XVI y mediados de s XVII.

Hasta que chiitas y sunitas, exhaustos por sus propias luchas cainitas, no se avengan a su particular Tratado de Westfalia (1648) y no apoyen pensadores equivalentes a Montaigne y su humanista discurso contra las guerras de religión, el horno donde se cuece el terrorismo islamista (y que, no lo olvidemos, ataca mayoritariamente en países musulmanes y el 90% de sus víctimas son igualmente musulmanas) continuará a pleno funcionamiento.

No nos vencerán, todos lo sabemos, incluso los propios terroristas lo saben: en mi opinión, actúan aquí con un fin propagandístico para consumo interno en sus propios territorios.

Pero tampoco los venceremos. Serán sus propias sociedades las que, desde el hartazgo y el agotamiento, pero también desde la razón y el pragmatismo, algún día, con un poco de suerte, acaben con ellos.

Aquí ocurrió el 1648 de la era cristiana, el calendario islámico dice que el 2 de octubre del presente año empieza el año 1438 de la era de la Hégira.

Ya falta menos.

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